Buenas
noches blogueros y blogueras!
Hoy voy
a hablaros de un tema un poco grimoso: SUTURAS.
Si
nos ponemos etimológicos, podemos decir que la palabra “sutura” viene del latín
“sutura” (que rápido evolucionan las palabras) y significa precisamente coser.
Si señor, te cosen, aunque si dices que te suturan suena un poco menos
doloroso, al menos a mi.
Y es que el arte suturar no es nada fácil, y desde luego no puedes usar la máquina de coser de tu abuela. Ha de hacerse a mano, como cualquier arte antigua. Sí es cierto que no es absolutamente obligatorio coser una herida (siempre que no dañe ningún vaso importante), pero el resultado estético puede dejar bastante que desear.
También
podría pasar, no os voy a engañar, que os cosan la herida demasiado fuerte o
demasiado floja, y que al final la cicatriz sea igual de espantosa que si no la
cosieras, pero ahí ya entra una cuestión de prevención de heridas, y yo he
venido a hablaros de suturas.
Las
agujas de sutura que se usan hoy en día no son como las que te imaginas en la
caja de la costura, son agujas curvadas, especiales para no desgarrar más
tejido del necesario al coser. Para facilitar su uso, se emplea un objeto
parecido a una tijera o unas pinzas, llamado portaagujas, con el que puedes manejar la aguja sin
tener que acercarte tanto al tejido a coser (algo especialmente interesante en
suturas de órganos internos o vasos sanguíneos) y también te ayudan a hacer el
nudo al terminar.
El
tamaño del portaagujas debe ir acorde con el tamaño de la aguja y según las
condiciones en las que vaya a trabajar, se usa un portaagujas u otro. Hay
fundamentalmente tres tipos de portaagujas:
Portaagujas
de cremallera (también llamado de Hegar-Mayo o Mayo a secas): es
básico, y se coge como si fueran unas tijeras.
Portaagujas
automático (o de Mathieu): perfecto para vagos. Es muy caro y
doloroso, pero es mucho más fácil de usar.
Antiguamente, las agujas había que enhebrarlas, pero hoy la mayoría ya
vienen enhebradas y listas para usar (con algunas excepciones). Por lo tanto,
la mayoría son de usar y tirar, como casi todas las agujas de la sanidad.
Existen varios tipos de agujas dependiendo de su forma, tamaño y
sección. La forma es fundamentalmente curva, los tamaños dependen del material
de sutura que se vaya a utilizar, y las secciones dependen de la zona que haya
que suturar.
La sección de la aguja viene a ser la forma que tiene
longitudinalmente, y pueden ser:
Agujas de sección cilíndrica: son
afiladas en la punta, pero no tienen bordes cortantes en toda su longitud, por
lo que la penetración depende solo de la punta. Debido a esto se usa solo en
tejidos blandos, como vísceras, y es la menos dolorosa de todas.
Agujas de sección espatulada:
tienen una sección hexagonal aplanada, por lo que quedan dos bordes cortantes.
Se usan en tejidos fuertes como la piel.
Agujas de sección triangular:
tienen tres bordes cortantes, lo que hace que puedan atravesar los tejidos más
duros, pero también que sean las más dolorosas de todas.
Agujas de sección tapercut: cerca
de la punta de la aguja la sección es triangular, pero el resto es cilíndrico,
lo que hace que sea un poco menos dolorosa que la anterior.
Hasta aquí por ahora, que no os quiero aburrir demasiado. Para la
próxima terminaré con las suturas, y si este tema os parece que duele no os
preocupéis, que a la hora de la verdad lo que más duele es el/los pinchazo/s de
la anestesia!
¡Un saludo a todos!
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