¡Buenos días por la noche!
Hoy voy a hablaros de la vía subcutánea para la
administración de medicamentos. Si habéis estado siguiendo este blog, ya
sabréis algo del apartado de las insulinas, si no, aquí aprenderéis todo lo
necesario.
La vía subcutánea es, después de la vía oral, la más
preferible. Es de efecto rápido y prolongado, no requiere la colaboración del
paciente en cuestión, y no daña vasos ni nervios, ya que no llega a esas
profundidades.
La medicación subcutánea se pincha en el tejido
subcutáneo situado debajo de la dermis, es decir, el la capa de grasa que hay
debajo de la piel. Este proceso no es especialmente doloroso y no requiere hospitalización.
Es el empleado para administrar insulinas, otros
medicamentos, como la morfina o la heparina y las vacunas.
Teóricamente se puede pinchar en cualquier parte del
cuerpo que tenga tejido subcutáneo, pero se suele ir a una serie de zonas que
son más prácticas, como la parte superior del brazo o el abdomen.
Después de elegir la zona a inyectar, se coge un
pellizco de piel con tejido subcutáneo y se pincha la aguja con una inclinación
de aproximadamente 45 grados, se vacía la aguja y se retira. No se debe frotar
la zona.
No me enrollo más, que de esto ya os he hablado un
poco.
Nos vemos mañana, ¡sed felices!
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