Aunque pueda parecer cosa de McGyver, esto lo ha conseguido Anthony Atala, que en 2004 modificó una impresora de tinta para que pudiera pulverizar células vivas en capas para conseguir imprimir tejidos que fueran funcionales. En este caso utilizó condrocitos (células propias del tejido cartilaginoso) de conejos.
Esto ya se había intentado antes, pero lo que él y su equipo han conseguido es que estes tejidos fueran implantados con éxito en ratones.
En los intentos previos, se implantaban los tejidos, pero no tenían estabilidad, que es lo que han conseguido proporcionarles Atala y su equipo introduciendo entre las capas de células, como si se tratase de una lasagna de células, una capa de hidrogeles y polímeros en fibras finísimas que le dan mucha estabilidad al tejido y que permitieron implantarlo con éxito.
Anthony y su equipo no descartan la utilización de este sistema en humanos, a largo plazo, evidentemente, y poder suministrar en un futuro la mayor cantidad y variedad de tejidos sintéticos y funcionales posibles. Ya hay en marcha proyectos para crear un riñón humano y otros tejidos como una oreja o un tendón muscular.
El futuro se acerca, amigos. Disfrutad del día :)
Muy buena información.
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