sábado, 1 de diciembre de 2012

Por arriba y por abajo

Hoy, y aunque el título pueda ser un poco basto, vamos a hablar de las sondas nasogástricas y rectales.

La sonda nasogástrica se introduce por la nariz, y atraviesa faringe y esófago para llegar al estómago. Cuando está fijada y en el estómago, con ella se pueden realizar una serie de operaciones como:
  • Nutrición enteral: La alimentación se recibe directamente en el estómago. Suelen ser preparados especiales que vienen en botes de cristal y de forma líquida, y que contienen nutrientes esenciales y necesarios para la persona

  • Administración de medicación: También se pueden dar medicamentos a través de esta sonda. Deben ir líquidos o diluídos en agua si son sólidos, por lo que antes de darlos tendremos que abrir cápsulas y machacar pastillas para poder diluírlo todo.
  • Lavados gástricos: Podemos eliminar a través de la sonda el contenido gástrico, por ejemplo si la persona ha ingerido alguna sustancia tóxica por error, o en exceso, o si por ejemplo se producen hemorragias en el esófago o el estómago.
  • Drenajes gástricos: Consisten en eliminar aire y líquido del estómago para evitar la distensión del abdomen y dejar que repose el intestino, para prepararse para realizar una cirugía abdominal
  

Dejo este enlace, en portugués, que creo que se entiende bien, sobre el sondaje nasogástrico. Así también podemos ver cómo lo hacen los portugueses y encontrar diferencias.
Las sondas rectales son rectas y flexibles o semirrígidas y se introducen a través del esfínter anal en dirección al recto para poder permitirnos una serie de operaciones y actuaciones sobre él:
  • Podemos administrar enemas, que son soluciones que actúan sobre el recto y el intestino limpiándolo, eliminando retenciones, eliminar flato... Funcionan al dejarlas un tiempo X actuando sobre la zona. También pueden ser enemas medicamentosos o antisépticos.
  • Sirven también para reducir la temperatura corporal y como método diagnóstico
Las sondas rectales suelen ser de tres tipos: de látex, de silicona, y otras con balón o con balón doble.


Las de látex son muy rígidas y resisten bastante bien las dobleces. Son radioopacas, es decir, en radiografías se puede observar que la persona lleva una sonda rectal puesta. Suelen ser de un solo uso, pero podrían llegar a esterilizarse por vapor de agua o esterilizantes líquidos, por ejemplo, y usarse más de una vez.

Las de silicona, al igual que las sondas vesicales, dan mucha menos reacción que el resto de las sondas. Son muy resistentes, buenas repelentes del agua y antiadherentes.

Las sondas de balón o de doble balón se utilizan para procedimientos como los enemas de limpieza, que tienen que mantenerse unas horas, o la administración de un contraste.

Sonda rectal de silicona

Sonda rectal de látex con balón



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