¡Buenos días otra vez! Hoy es domingo y no todos estaréis
de demasiado buen humor, ya que se acaba el fin de semana, pero falta una sola
semana para la mismísima Navidad, asique sonreíd un poco.
Hoy vengo a hablaros de otro tema delicado, y muy
relacionado con las donaciones de sangre de ayer. Espero concienciaros más
sobre su importancia. Para ello, me he documentado en los trágicos datos que
nos ofrece la OMS (organización mundial de la salud).
Para hacer una definición científica, una
transfusión de sangre es “la transferencia de sangre o componentes sanguíneos
de un sujeto (donante) a otro (receptor)”.
Las transfusiones de sangre son muy importantes a la
hora de tratar algunas enfermedades, y son muy fáciles de realizar. La sangre
se pasa por la vía periférica como si de un paracetamol intravenoso se tratara.
Sin embargo, no siempre están disponibles en la población.
Por supuesto eso no es imaginable en este propio mundo
desarrollado en el que vivimos, pero en el resto del mundo real hay muchos
países en los que no hay reservas de sangre, y los que muchos pueden morir por
la simple falta de una transfusión.
Para representar esto, la OMS dice que el 50% de las
donaciones del planeta se producen en países con altos ingresos, que
representan un 15% de la población. Debido a esto, se produce muchas veces que
gente que necesita una transfusión no la consigue a tiempo y debido a ello,
muere.
Todos los países deberían tener unas existencias
suficientes de sangre no contaminada (sobre todo libre de enfermedades transmisibles
por la sangre, como el VIH o la hepatitis).
La destinación de las transfusiones de sangre es
diferente entre países de ingresos altos y bajos. En países más desarrollados,
se usan sobre todo en cirugías cardíacas y traumatología, mientras que en
países menos desarrollados están más empleadas en casos de complicaciones del embarazo,
palurdismo infantil, anemia grave o traumatología.
Antes de la transfusión, la sangre donada debe ser
analizada para descartar su contaminación, pero hay países en los que no toda
es analizada, debido a la falta de personal y de recursos.
Por último quiero hablaros de los riesgos de las
transfusiones. En general son beneficiosas, pero hay que tener mucho cuidado.
Cualquier confusión puede desencadenar una reacción inmunológica grave en el
organismo. El grupo sanguíneo debe ser el mismo, y la sangre debe haber pasado
unas pruebas de compatibilidad antes de la transfusión. A pesar de eso, se debe
aplicar muy lentamente para que no suceda nada grave en caso de alguna
reacción.
Además, el aumento rápido del volumen de sangre
puede causar hipertensión, por eso (sobre todo en caso de transfusión de varias
bolsas de sangre) se debe administrar un diurético entre cada toma. Cualquier
fallo en este proceso puede causar trastornos graves e incluso la muerte del
paciente, por lo que solo se debe aplicar en caso de necesidad, no por capricho
de nadie.
Tras estas reflexiones, os dejo disfrutar del último
día del fin de semana. ¡Hasta el lunes!
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