La vía intradérmica no es de las más conocidas precisamente,
ya que no se suele usar demasiado para administración de medicación. Más bien
suele usarse en pruebas diagnósticas, como las pruebas de la alergia, o el
Mantoux para la tuberculosis. También para anestesia local en intervenciones
sin importancia.
Se trata de introducir la sustancia entre las dos
capas de la piel: la dermis y la epidermis, y debe hacerse con mucho cuidado,
ya que estas capas son muy finas, especialmente la última.
Para administrar un fármaco, o alguna sustancia, por
vía intradérmica, se debe usar una aguja muy pequeña y fina, ya que no tiene
que atravesar grandes superficies.
La técnica debe realizarse de modo que la aguja se
sitúe en unos 95-99º con respecto a la superficie de la piel, para que el
procedimiento sea lo más exacto posible.
Normalmente se suele pinchar en el dorso del antebrazo,
ya que es más cómodo y fácil de controlar. El truco para saber que se ha
pinchado bien es que queda una burbuja por debajo de la piel, perfectamente
visible, ya que el grosor de la epidermis es raquítico. Si esto no sucede es
que lo hemos hecho mal.
La vía intradérmica es una vía de absorción muy
lenta, y evidentemente solo se pueden usar pequeñas dosis. Se debe rotular un
círculo alrededor de la punción para valorar posibles inflamaciones o
reacciones alérgicas.
Hasta aquí hoy, si os da grima y no queréis que os
pinchen así, ¡no os contagiéis de tuberculosis!
Hola, excelente, la explicación que es en medio de la epidermis y dermis, un abrazo
ResponderEliminarHola me gusto mucho la explicación... podrían agregar un video?
ResponderEliminarque grosor tiene la epidermis normalmente...